Salinas Nuevas
Como producto del proyecto realizado en 1952, se construyen unas 136 hectáreas nuevas de salinas, se excavan, impermeabilizan y se “escalonan”. Aproximadamente una cuarta parte del total de las salinas que se conocerán como Salinas de Roquetas.
Son 8 estanques (depósitos en terminología salinera) que van desde poco menos de una hectárea a dos y media, que recibían el agua impulsada por la bomba de la “segunda elevación”, pasando de una a otra por gravedad ya que se construyeron escalonadas para ello.
Algunos problemas en los suelos recién creados, obligó a dejar fuera del circuito algunas de las charcas y mediante unos canales conducir el agua.
Una vez que se cierra la explotación de las salinas en 1986, estas charcas dejan de recibir agua marina y comienzan a mostrar una dinámica natural, es decir, la inundación se produce con las lluvias, bien por recogida directa o bien por escorrentía superficial, una vez que los muros que se construyeron para evitarlo dejan de mantenerse y por lo tanto de realizar su función. De esta manera se dispone de un conjunto de charcas inundables de forma natural donde antes se encontraba sometida a las fluctuaciones obligadas por el manejo salinero.
El aporte de materiales por el viento sobre esas lagunas abandonadas, hará a lo largo del tiempo que se colonicen por vegetación, no solamente la de zonas salinas ya existente, sino que también carrizales y en algunos lugares tarayales. Así se han transformado en un medio diverso, donde las aves no sólo disponen de grandes superficies, sino que también dispondrán de vegetación de protección, aumentando su diversidad.
La ampliación se encuentra mayoritariamente en término municipal de Roquetas de Mar y muy accesible para la observación desde el sendero “Salinas de Cerrillos”, con unos magníficos lugares para observar las aves que bien se alimentan o bien descansan en esta zona.