Rutas en Roquetas de Mar
Ribera de la Algaida
Siempre hacemos la recomendación de seguir los caminos y sendas, en este caso es una obligación, y lo es para perturbar lo menos posible la tranquilidad de las aves, especialmente a partir de abril hasta mediados o finales de Julio, el momento tan delicado de la reproducción.
Nuestra propuesta para recorrer la Ribera de la Algaida comienza cerca de la zona arqueológica de Turianana, y accederemos por la pista de tierra que parte desde el punto que marcamos. A nuestros lados saladar y carrizal, vegetación que nos permitirá la observación de aves, especialmente los rápidos y pequeños paseriformes (pájaros). Tras unos quinientos metros el carrizal a nuestra derecha se densificará, estamos en la “charca permanente” que se forma al final de la Rambla de la Culebra, bordearemos su perímetro por el oeste, en dirección norte hasta llegar a un mirador construido justo sobre la desembocadura de esta rambla, que descubriremos que se encuentra cubierta.
Desde el mirador retrocederemos unos metros hasta encontrarnos con el primer camino al oeste, y a través de él llegaremos a un lugar donde se forman charcas temporales, en la cuales será fácil observar registrar aves acuáticas, entre ellas algunos patos, limícolas, gaviotas.
Este recorrido nos llevará a uno de los muros de la reconducción de las ramblas del Pastor y del Vinculo, realizado por los salineros para que estos dos canales no descarguen sus aguas ocasionales en las Salinas de San Rafael. Nos moveremos por este muro en dirección al mar, seguiremos observando la zona de charcas temporales y la densa vegetación que ha colonizado el lecho de esta rambla. Desde la Charca permanente podemos también llegar hasta este muro, y lo haremos por una zona muy buena parea la observación de limícolas.
Desde el muro de la rambla, alcanzamos el carril peatonal de la “Puerta Verde de Roquetas”, por la que transitaremos hasta su final, hasta llegar a su final, en lo que hoy es la continuación de la “Calle Camino de las Salinas”, realmente el camino que llevaba hasta las instalaciones industriales de las Salinas de San Rafael, cuyas últimas charcas nos quedará a la izquierda (hacia el sur). Podremos ver como en el momento de inundarse por las lluvias (la única fuente de agua que tiene) esta agua se vuelve de un color rosa intenso, debido a la gran concentración de Dunaliella salina, una extraordinaria alga con gran resistencia y adaptación a aguas con altísimas concentraciones salinas (como anticipa su “apellido”). Advertiremos como se han realiza una serie de prospecciones en el lecho de las antiguas salinas y en las que se alcanza el nivel de turba existente bajo esa gran capa de sal (tiene más de un metro de espesor sobre la turba). En este sitio existieron oficinas, talleres, molinos de sal, cerca, en la costa un embarcadero, una impresionante estructura para apilar la sal (“engarbar”), “el pórtico”.
Por el antiguo camino de las Salinas, caminaremos hasta llegar al primer camino que de nuevo entra en la Ribera de la Algaida, y lo haremos hasta el final de nuestro recorrido en una charca semipermanente, en la que de nuevo volveremos a observar aves.