Costa
Poco más de quince kilómetros de playas caracterizan la costa de Roquetas de Mar, dividas en nueve tramos: Cerrillos (2600 m), Playa Serena (1780 m), La Urbanización (1980 m), La Bajadilla (1520 m), La Romanilla (1310 m), Las Salinas (1330 m.), Los Bajos (1810 m.), La Ventilla (1.100 m) y Aguadulce (1900 m). Además, dos instalaciones portuarias.
No solamente se puede disfrutar del ocio en la playa, de los deportes náuticos, de la placidez del rompeolas, la costa roquetera también ofrece una extraordinaria plataforma de observación de aves, no solamente marinas, sino que también aquellas que, desplazándose entre los diferentes humedales, utilizan las playas para alimentarse o sencillamente descansar. Así no es extraño observar pequeños bandos de correlimos, especialmente de tridáctilos, vuelvepiedras, e incluso el mar es un buen lugar para ver las bandadas migratorias de cercetas carretonas.
No solamente las clásicas y habituales gaviotas son protagonistas de este lugar, se suman, en diferente grado de rareza, a ellas otras aves eminentemente marinas como alcatraces atlánticos, alcas comunes, pardelas mediterráneas, algún que otro frailecillo atlántico. Otras que, utilizando el ámbito terrestre para su vida, se alimentan en el mar como son las conocidas como “golondrinas de mar”, charranes y charrancitos que con sus zambullidas en el mar sorprende a los bañistas estivales.
El refugio de los puertos no solamente lo es para las embarcaciones, sino que también es para muchos peces, algunos forman pequeños bancos, que hacen las delicias para las aves pescadoras, que utilizando los barcos como oteaderos, se alimentan de estos pececillos. Se llegan a observar garcetas buscando oportunamente algún pez despistado.
Es por lo tanto la costa un lugar para compartir el ocio y la observación de aves.